Cannabinoides sintéticos peligrosos: Destilados

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Los cannabinoides sintéticos, de los cuales tenemos como ejemplos el Delta-8, Delta-10, THC-O y THCP o el HHC, han ganado popularidad en los últimos años ya que al estar en un gris legal se pueden comprar en muchos países en lo que el cannabis no es legal, además de que se presentan en forma de vaporizadores de destilados o comestibles (métodos discretos que facilitan el uso) por lo que me parece importante alertar que su uso conlleva riesgos significativos para la salud. Este artículo explora qué son estos cannabinoides, cómo se producen y los efectos nocivos que se han reportado en la literatura médica.

¿Qué son los cannabinoides sintéticos peligrosos?

Los cannabinoides sintéticos son compuestos diseñados para imitar los efectos de los cannabinoides naturales que se encuentran en la planta de cannabis. Aunque algunos de estos compuestos, como el Delta-8 y Delta-10, se derivan de cannabinoides naturales como el CBD, su producción implica procesos químicos que pueden introducir riesgos adicionales. Por otro lado, cannabinoides como el THC-O y THCP son considerados sintéticos debido a su fabricación en laboratorio sin una base natural significativa.

A continuación veremos un poco más a detalle cada uno de ellos:

Delta-8 y Delta-10

El Delta-8 y el Delta-10 son isómeros del THC, lo que significa que tienen la misma fórmula química pero estructuras diferentes. El Delta-8 se encuentra en pequeñas cantidades en la planta de cannabis y, a menudo, se produce a partir de CBD mediante un proceso químico. Aunque se promociona como una opción más suave que el Delta-9, su producción no regulada y la falta de estudios sobre su seguridad generan preocupaciones. Los productos de Delta-8 pueden contener contaminantes y subproductos químicos peligrosos debido a la falta de control en su fabricación.
El Delta-10, por su parte, es menos potente que el Delta-8 y se ha reportado que puede inducir euforia y aumentar el apetito, pero también puede provocar efectos secundarios adversos que no se comprenden completamente.

THC-O y THCP

El THC-O (acetato de THC) es un cannabinoide que se dice tiene efectos psicoactivos más fuertes que el Delta-9. Sin embargo, su producción implica la acetilación del THC, lo que puede dar lugar a productos químicos peligrosos. El THCP, otro cannabinoide sintético, ha sido identificado como potencialmente más potente que el Delta-9, pero la investigación sobre sus efectos y riesgos es aún limitada.

HHC

El HHC es un cannabinoide sintético derivado del CBD mediante un proceso de hidrogenación. No se encuentra de forma natural en la planta de cannabis y se produce en laboratorio. Su estructura química es similar al THC pero con una cadena alquílica más larga, lo que lo hace potencialmente más potente.
El HHC se considera un “cannabinoide semisintético” ya que, aunque no proviene directamente de la planta, tampoco es un compuesto completamente sintético como otros cannabinoides. Sin embargo, su producción en condiciones no reguladas genera preocupaciones sobre la presencia de contaminantes químicos.
Los efectos del HHC se asemejan a los del THC, con propiedades psicoactivas que pueden alterar la percepción. Algunos usuarios reportan efectos similares al D8-THC  pero con menor potencia. Sin embargo, la evidencia científica sobre sus efectos es aún limitada.

Efectos nocivos conocidos

Los efectos adversos de los cannabinoides sintéticos pueden ser graves e impredecibles. La literatura médica ha documentado una serie de problemas de salud asociados con el consumo de estos compuestos, que incluyen:

  • Efectos psicológicos: Los consumidores pueden experimentar ansiedad, paranoia y episodios psicóticos. Estos efectos son más pronunciados en cannabinoides sintéticos que en sus contrapartes naturales.
  • Problemas físicos: Se han reportado efectos secundarios como taquicardia, náuseas y vómitos. En algunos casos, se han documentado hospitalizaciones debido a reacciones adversas severas.
  • Contaminación química: La producción de cannabinoides sintéticos a menudo se lleva a cabo en condiciones no reguladas, lo que puede resultar en la presencia de contaminantes tóxicos. Los productos pueden contener solventes, metales pesados y otros químicos peligrosos que representan un riesgo adicional para la salud.
  • Dependencia y adicción: Aunque los cannabinoides naturales como el Delta-9 tienen un perfil de adicción relativamente bajo, los cannabinoides sintéticos pueden interactuar con múltiples receptores en el cerebro, aumentando el riesgo de dependencia y sobredosis.

Conclusión:

El uso de cannabinoides sintéticos como el Delta-8, Delta-10, THC-O y THCP presenta riesgos significativos para la salud. La falta de regulación en su producción y la escasez de investigación sobre sus efectos a largo plazo generan preocupaciones sobre su seguridad. Es fundamental que los consumidores sean conscientes de estos riesgos y eviten productos que no han sido evaluados adecuadamente por las autoridades de salud. La educación y la regulación son esenciales para proteger la salud pública en un mercado que sigue en expansión. Los consumidores de este tipo de derivados, deben informarse sobre los riesgos del consumo de cannabinoides sintéticos y verificar la calidad y composición de los productos. Si tienes problemas con estos productos, considera consultar a un médico especializado para manejar los efectos adversos y recibir orientación adecuada.

Referencias:

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